En la contienda electoral en Rep. Dom. hemos visto de todo. Desde regalar ropa interior femenina (tangas, colales, hilo dental) en las caravanas, asesinato por una corul en la cámara de diputados, pactos entre partidos y/o candidatos antagónicos y la tan esperada incursión de la comunidad evangélica a las actividades políticas (que a mi entender, muy bien aprovecharon ciertos partiditos, perdón, partidos minoritarios para no perder esos números que al final le traerán los millones de pesos de la Junta Central Electoral).
Pero lo más relevante a sucedido en La Romana, donde un partido ha tenido en su haber o sus manos el poder de resurrección; no se si con la autoridad de la sangre colorada o roja derramada por las personas asesinadas, desaparecidas por su extinto líder.
Pero una cosa es cierta y real: resucitaron a MANDELA y está como candidato a síndico en La Romana.
Lo único que el símil entre el mandela resucitado y el original, Madiba, da mucho que decir y me hace recordar aquella frase que dijo ese gran comediante, músico y actor Luisito Martín: las segundas partes nunca son buenas (cuando en 1997 realizó la película Nueba Yol 3: Bajo la Nueva Ley)
Y es que a diferencia de Nelson Mandela que, junto a otros líderes del Congreso Nacional Africano, fue juzgado por 221 actos de sabotajes dirigidos a derrocar el sistema vigente de disgregación racial conocido mundialmente como Apartheid, la copia resucitada en La Romana fue suspendido por el Concejo de Regidores, y luego acusado por la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción Administrativa, de violar los artículos 123, 145, 147, 150, 151, 166, 167, 169, del 170 al 174 y del 265 y 266, del Código Penal dominicano.
Digase desfalco, asociación de malhechores, falsedad en escritura pública, entre otros cargos, por lo que al día de hoy guarda prisión preventiva domiciliaria.
Lo lamentable del caso es que para la copia la celda o la prisión domiciliaria no ha servido para meditar y evolucionar espiritualmente cómo lo fue para Nelson Mandela. Prepotencia, arrogancia y altanería siguen siendo las prendas que adornan a esta penosa resurrección.
Con la inclusión en boleta, como alcalde de la resurrección, sólo me resta decir como le dijo su líder a aún negrito que se le oponía: se hicieron fuera del cajón.
O.Peña
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